Con este motivo, el presidente ruandés, Paul Kagame, en presencia de varios jefes de Estado y de gobierno, así como de representantes de organizaciones regionales e internacionales, dio la señal de inicio de la semana de luto nacional depositando una corona de flores en el memorial de Gisozi, en la capital ruandesa, donde reposan los cuerpos de más de 250.000 víctimas del genocidio.

Tras guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas, Kagame anunció un periodo de luto nacional de 100 días encendiendo la "Llama de la Esperanza", que arderá durante 100 días, la duración del genocidio de 1994 (del 7 de abril al 15 de julio).

En un discurso con este motivo, el presidente ruandés afirmó que la conmemoración de este doloroso aniversario no sólo es una oportunidad para honrar la memoria de las víctimas, sino también para destacar, con orgullo, los logros de Ruanda gracias a las decisiones tomadas al servicio de la reconciliación y del progreso del país.

También expresó su gratitud a los miembros de las delegaciones que vinieron a expresar su solidaridad con Ruanda con motivo de la conmemoración del aniversario de este doloroso acontecimiento.

En 1994, Ruanda sufrió un genocidio étnico, cuando extremistas hutus y las milicias "Interahamwe" desencadenaron una horrible masacre que dejó más de 800.000 muertos, en su mayoría tutsis y hutus moderados.

Hoy, Ruanda está considerada un exitoso modelo africano de estabilidad, desarrollo, gobernanza y crecimiento, gracias a las políticas adoptadas a lo largo de tres décadas.