La visión de Su Majestad el Rey Mohammed VI es estructurar este espacio en lugar de abandonarlo, con todo su potencial y sus retos, en el caos, indicó el ministro durante una sesión de preguntas orales en la Cámara de Consejeros.

A este respecto, destacó las tres iniciativas reales, a saber, el Proceso de Rabat de los Estados Africanos del Atlántico (PEAA), el Gasoducto Africano Atlántico (AAGP) y la iniciativa destinada a ofrecer a los países del Sahel acceso al océano Atlántico.

«El objetivo de estas iniciativas estructurantes es hacer de África un continente consciente de sus oportunidades y retos y dotarlo de una visión clara en sus diálogos con los europeos o los estadounidenses, lo que se ha logrado, bajo las altas instrucciones de Su Majestad el Rey, en los últimos años», subrayó el ministro.

Además, el Sr. Bourita recordó que, en su discurso de la Marcha Verde de 2023, el Soberano había hecho hincapié en la dimensión atlántica de la política exterior del Reino por varias razones, especialmente el hecho de que Marruecos cuenta con 2934 kilómetros de costa atlántica, lo que lo convierte en el país más grande del continente en términos de fachada atlántica.

Tras la recuperación del Sáhara marroquí, esta dimensión atlántica ha cobrado mayor importancia, dado que ciudades como Laayún y Dajla representan la puerta de entrada de Marruecos a África y constituyen el eje principal de la política atlántica del Reino, añadió.

El ministro destacó también los retos estratégicos que plantea el espacio atlántico africano en el plano económico, señalando que alrededor del 50 % del producto interior bruto (PIB) de África se concentra en su fachada atlántica, mientras que cerca del 46 % de la población africana vive en la costa atlántica y el 60 % del comercio africano pasa por los puertos atlánticos.

Además, 23 Estados africanos, es decir, el 45 % de los países del continente, bordean el océano Atlántico, y el 50 % de la producción petrolera africana tiene lugar en el océano Atlántico, lo que convierte al espacio atlántico, según el Sr. Bourita, en una zona de especial importancia ante retos importantes como la contaminación, la presión urbana y la piratería, cuyas operaciones se producen casi en su totalidad en el océano Atlántico, en la costa africana.