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El Soberano subraya que, valedores de arraigadas tradiciones diplomáticas y espirituales, el Reino de Marruecos y la Santa Sede se hallan unidos por seculares vínculos de fraternal comprensión y mutua estima, antes de añadir que “lo son igualmente por su compromiso activo en pro de la paz y la convivencia”. A este respecto, prosigue SM el Rey, “en tanto que tierra de fraternal coexistencia de las confesiones monoteístas, el Reino de Marruecos obra incansablemente por promover el espíritu de solidaridad y concordia entre pueblos y culturas”.
“En este sentido, y por invitación de Mi Augusto Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, que Dios tenga en Su Santa Misericordia, Su Santidad el Papa Juan Pablo II, llevó a cabo, en agosto de 1985, una visita histórica a Marruecos; y en marzo de 2019, Nuestra Majestad y todo el pueblo marroquí, tuvimos el enorme placer de recibir a Su Santidad el Papa Francisco en la capital del Reino”, recuerda el Soberano.
Estos encuentros entre el Rey de Marruecos, Emir de los Creyentes, y el sumo pontífice y jefe de la Iglesia católica, “constituyen un acontecimiento de gran valor simbólico, que viene a representar un testimonio fuerte y acertado, de una voluntad compartida con la Santa Sede, de levantar puentes de fraternidad entre los hombres y erigir el diálogo interreligioso como baluarte contra el extremismo y el ostracismo”, afirma SM el Rey. “Tenga Vuestra Santidad la seguridad de mi constante disposición para que, bajo vuestro pontificado, estos privilegiados vínculos entre el Reino de Marruecos y la Santa Sede se prosigan en el seno del mismo espíritu de fraternidad, amistad y entendimiento”, escribe SM el Rey en este mensaje, antes de formular el deseo “de que conozcan mayor fuerza a fin de apoyar el diálogo permanente entre musulmanes y cristianos, fundándose en los valores humanos universales y en los preceptos comunes a las religiones monoteístas”.